La fábrica de los estereotipos. Francia, nosotros y la europeidad
Decía Salvador de Madariaga que, a raíz de la Revolución Francesa, los europeos tenemos dos patrias: la propia y Francia. Desde 1789 Francia ha estado presente en las mentalidades como generadora de los valores contemporáneos ligados a la democracia y a la nación. Francia ha sido generadora de exotismo y, sobre todo, una potencia cultural que sólo después de la Segunda Guerra Mundial se ha visto relegada por Estados Unidos. Si Tzvetan Todorov, uno de tantos franceses de adopción, se planteaba el problema de la alteridad desde el punto de vista francés como un «nosotros y ellos», el que se adopta en esta obra es el de un francesista que invierte la dirección de la mirada para analizar hasta qué punto nuestra imagen, la generada sobre nosotros y, lo que es más importante, con nuestro concurso, es producto de esa fábrica de mentalidades y estereotipos que es Francia y, en especial, París.